En estos días que rodean la celebración de Halloween, no se nos ocurre mejor tema para abordar en este espacio que hablarte de los vampiros energéticos.
Porque como dice el meme: si no tienes en tu entorno laboral o personal alguna persona que chupa toda tu energía, entusiasmo y positividad hasta quitarte las ganas de vivir, es que esa persona eres tú 😉
Bromas aparte, por desgracia no estamos hablando de una careta que se pueda quitar después de esta festividad y, efectivamente, hay personas cuya forma de ser y de relacionarse pueden poner en peligro el ánimo y el bienestar emocional de quienes les rodean. ¿Cómo identificar a estos vampiros energéticos? ¿Y qué hacer ante personas así si pertenecen a tu círculo cercano y además sientes cariño por ellas? Aquí te lo contamos.
¿A quiénes llamamos vampiros energéticos?
Si eres seguidor de la serie cómica “Lo que hacemos en las sombras”, seguro que hasta habrás sonreído al leer el titular de este post, ya que uno de sus personajes sobrevive en un entorno vampírico gracias a ser uno de ellos. Pero no gracias a ser un vampiro de los que chupan la sangre para alimentarse, sino la energía y el ánimo de los demás.
Y aunque el personaje de esta serie lo hace de manera totalmente intencionada para sobrevivir, eso es lo que, en términos generales, define a un vampiro energético: son personas que viven instaladas en la queja y su forma de relacionarse con los demás se basa única y exclusivamente en victimizarse y en exponer las terribles cosas que les ocurren hasta agotar la buena disposición de los demás y generarles un tremendo malestar.
Pero la cosa no queda aquí. El verdadero problema de los vampiros energéticos y emocionales es que mantienen un constante discurso pesimista, negativo, narcisista y criticón que quizás algunas personas pueden manejar más o menos bien, pero que otras con estados anímicos más bajos o que no están pasando por su mejor momento, no saben gestionar adecuadamente y terminan viéndose arrastrados por ellos, sintiendo un poso de angustia, tristeza y negatividad que les afecta en su vida cotidiana.
Obviamente, todos sentimos emociones negativas y a todos nos pasan cosas malas. Es normal que, en ocasiones, nos quejemos a nuestros amigos o familiares cuando algo no nos sale bien o hemos tenido un mal día. Pero esto es algo muy distinto a vivir instalados en la queja, en el bajón, en el enfado y en la victimización hasta causar malestar anímico a los demás.
Cómo reconocer a los vampiros energéticos
Reconocer a los vampiros energéticos puede parecer muy sencillo, pero la mayoría de personas que se ven afectadas por ellos se dan cuenta demasiado tarde. Probablemente, la señal que les hace caer en la cuenta es ese malestar que sienten después de haberse relacionado con una persona así que ha conseguido absorberles cualquier rastro de energía positiva, de entusiasmo y de paciencia, dejando su estado anímico por los suelos.
Al margen, es importante tener en cuenta que los vampiros energéticos son:
- Personas que viven instaladas en la queja y en la victimización constante sin ser capaces (y en muchos casos sin querer) salir de ese estado.
- Suelen carecer de empatía, ya que lo que a ellos les ocurre siempre es “mucho peor”, de ahí que no se preocupen por lo que les pasa a sus interlocutores.
- Sus discursos están llenos de detalles superfluos que no llevan a ningún sitio más que a exagerar y a incidir en lo mal que se sienten y en lo injusto que es lo que les pasa.
- Carecen de capacidad de autocrítica y solo buscan una validación de los demás a través de sus quejas. Quieren que los demás reafirmen su tragedia y para ello exageran con detalles todo lo que les ocurre en un monólogo que comienza despertando pena o compasión, pero que, con el tiempo, suele generar rechazo y agotando la paciencia de los demás.
¿Qué hacer ante un vampiro energético en tu círculo más íntimo?
Como señalamos arriba, el discurso de los vampiros energéticos llega a resultar tan insufrible que muchas personas comienzan a evitarlos. Algo que quizás no es la solución si el vampiro es una persona muy cercana a la que quieres. Imagínate que esa persona tan tóxica es tu mejor amiga, tu compañero de trabajo o un familiar cercano… ¿qué hacer en estos casos?
- En primer lugar, ser consciente de que esa persona, por lo que haya podido pasarle en la vida o por puro carácter, es así y es su modo de vivir y de relacionarse con los demás.
- Practicar la compasión en los casos en los que la situación te desborde no es mala idea.
- Establece límites claros y precisos para proteger tu espacio personal.
- Intenta ser asertivo/a, expresando tus necesidades de manera directa y respetuosa.
- Mantén la calma en situaciones en las que sus discursos se vuelvan demasiado negativos y notes que te afectan emocionalmente.
En algunos casos, puede ser necesario tener una conversación seria, exponiendo a esa persona vampírica cómo te hace sentir. Es algo que suele costar porque son personas que se toman todo muy exageradamente y con poca tendencia a la autocrítica. Si esas personas no han acudido nunca a ninguna terapia, puedes aconsejarles iniciar una o acudir tú también para aprender a gestionar mejor esta situación si la persona te importa y no quieres alejarte de ella.
Ya sabes que en nuestro centro de psicología en Carabanchel podemos echarte una mano y ayudarte a abordar situaciones personales que pueden llegar a desbordarte. Ven a vernos si necesitas hablar de este tema en profundidad.