Tratamiento para adultos

Los adultos acuden al centro presentando problemas relacionado con la ansiedad, el estrés, los estados depresivos, los problemas de pareja, con los hijos, problemas laborales…

 

Estos son algunos de los trastornos más frecuentes y es que el tipo de vida actual influye de forma directa en la aparición de este tipo de problemas tanto en adultos como en niños y sino son tratados a tiempo pueden ser origen de trastornos muchos más graves y difíciles.

Depresión en Adultos

Trastorno del ánimo o abatimiento que impulsa a sentirse melancólico apático y triste. Se trata de una reacción ante un acontecimiento determinado que excede los niveles normales de tristeza. La persona que lo padece puede tener razones conocidas o desconocidas para él.

 

Pueden influir en la depresión varios factores, comola personalidad depresiva, la soledad, la poca unión familiar, el divorcio o pérdida de un ser querido, la ansiedad, un bajo alcance de logros, escasos ingresos o enfermedades crónicas.

 

Los síntomas que se suelen manifestar son los siguientes:

 

  • Estado de ánimo depresivo.
  • Disminución de la capacidad para pensar o concentrarse.
  • Disminución del interés.
  • Sentimiento de inutilidad o culpa.
  • Pérdida o aumento del apetito o peso.
  • Ansiedad.
  • Pensamientos negativos.
  • Incapacidad para adaptarse.
  • Insomnio o hipersomnia.
  • Agitación o enlentecimiento psicomotor.
  • Fatiga, Cansancio o pérdida de energía.
  • Trastornos digestivos.
  • Aislamiento.
  • Pensamiento de muerte o autolíticos.

Problemas sexuales y de pareja

Los problemas de pareja son muy frecuentes en nuestra sociedad. Es importante tener en cuenta que para que una pareja sea duradera y sana, es necesario, además de quererse, tener habilidades y conocimientos específicos que hagan que las dos personas se entiendan, se respeten, se escuchen, se apoyen y convivan de forma agradable. Sin estos conocimientos los conflictos que surjan en la pareja tienden a hacerse más graves, llegando a que el nivel de satisfacción que tenían en un principio se reduzca cada vez más, aumentando la probabilidad de la separación. Además esta insatisfacción que provocan los problemas de pareja pueden afectar a otras áreas de la vida de los miembros, como por ejemplo, a los hijos, al trabajo, a las amistades…

 

A los conflictos de pareja pueden unirse, o incluso ser una de las causas, los problemas sexuales. Estos se caracterizan por la presencia de malestar y problemas con la pareja en las relaciones sexuales, que pueden ser debidos a problemas personales o de ambos miembros de la pareja. Algunos de los problemas más frecuentes son, déficit o exceso de deseo sexual, problemas de erección, eyaculación precoz, déficit de excitación sexual, orientación e identidad sexual, dificultades o imposibilidad de llegar al orgasmo, vaginismo y dispareunia o dolor genital en varones o mujeres.

Trastornos de alimentación

Se caracterizan por alteraciones en la conducta alimentaria, que generan graves dificultades en todas las áreas de la vida de aquellas personas que lo padecen. Existen numerosos problemas que pueden favorecer la aparición de un trastorno alimentario, como por ejemplo la presencia de un trastorno de personalidad, pautas educativas muy estrictas en cuanto a la imagen corporal y la alimentación…

 

Los problemas alimentarios pueden darse por exceso o por defecto en la cantidad y/o calidad de la alimentación. Por exceso se encontrarían aquellas personas con sobrepeso u obesidad debidas en gran parte a problemas psicológicos, como pueden ser, ansiedad, depresión, trastornos de personalidad… Y por defecto estarían aquellas personas que no comen prácticamente nada, o que comen y seguidamente lo expulsan mediante vómitos o el uso de laxantes, diuréticos o enemas.

 

Los trastornos de alimentación más frecuentes son la anorexia nerviosa y la bulimia nerviosa. Existen varios subtipos para cada uno y habría que tener en cuenta cada caso, ya que, en ocasiones, la persona que padece un trastorno de alimentación, reúne solo algunas características de ambos trastornos y no existe un diagnóstico claro, sin embargo esto no impide su adecuado tratamiento.

 

Este tipo de problemas cada vez son más frecuentes en nuestra sociedad, y se ha comprobado que un tratamiento temprano y centrado en los pensamientos y las conductas de estas personas, terapia Cognitivo-Conductual, así como en sus relaciones interpersonales, es eficaz en estos trastornos.

Problemas familiares

Con frecuencia, en las familias, se originan y mantienen conflictos que suponen una importante fuente de estrés para sus miembros. Estos problemas pueden ser debidos a ineficaces patrones de comunicación, déficit en la capacidad de solución de problemas, inadecuada tolerancia y/o autonomía, dificultad para adaptarse a los cambios evolutivos de la familia, por ejemplo, escolarización, adolescencia o independencia de los hijos, entre otros.

 

En el Centro de Psicología Integral, se ofrece apoyo, orientación y asesoramiento en estos casos, así como en situaciones de divorcio o separación, padres o madres solteros/as o viudos, adopciones, familias desestructuradas o reconstruidas, problemas con la educación y crecimiento de los hijos, discapacidad y/o enfermedad de uno de los miembros, duelo, patología de los padres o de los hijos… En general familias que actualmente, debido a sus circunstancias, no tienen los recursos necesarios para llevar una vida equilibrada.

Angustia y ansiedad

La ansiedad es una reacción emocional con sentimiento de preocupación, inquietud y nerviosismo, junto con una activación del sistema nervioso autónomo en respuesta a estímulos nocivos. Es una alteración emocional poco precisa y de difícil interpretación por la variedad de vivencias, la pluralidad de factores que intervienen y la forma diferencial de vivirla.

 

Las dos manifestaciones más frecuentes son, el trastorno de ansiedad generalizada (TAG) y el trastorno de pánico.

 

El TAG es la forma crónica de ansiedad y puede definirse como un estado continuo de ansiedad caracterizado por miedos y preocupaciones, aprensión, dificultades de concentración y tensión muscular.

 

El trastorno de pánico es la forma aguda de ansiedad. Las crisis de angustia o ataques de pánico son sensaciones poco duraderas pero intensas de ansiedad espontánea.

 

También son trastornos de ansiedad las fobias, que son miedos excesivos a situaciones o cosas específicas, como por ejemplo, miedo a los ascensores; y el trastorno obsesivo-compulsivo, en el que se usan rituales y pensamientos recurrentes para escapar de la ansiedad, como por ejemplo, lavarse las manos muchas veces al día.

 

En cuanto al trastorno de angustia, es un trastorno de ansiedad en el que la persona sufre crisis de angustia recurrentes, periodos de miedo intenso y sentimientos de muerte inminente acompañados por síntomas fisiológicos como taquicardias y mareos.

Habilidades Sociales

Las habilidades sociales son un conjunto de conductas, normalmente aprendidas por los individuos de manera natural, y emitidas en situaciones interpersonales. Este tipo de conductas permiten expresar actitudes, opiniones, sentimientos o deseos de forma adaptada al contexto y respetando a los demás. También aportan recursos al individuo para que resuelva de forma satisfactoria los posibles conflictos que se presenten en cada situación y se reduzca la posibilidad de aparición de conflictos en el futuro.

 

Hay personas que no se desenvuelven todo lo bien que les gustaría en situaciones sociales, lo que provoca que se sientan inadaptados. Esto puede tener diferentes causas, algunas de ellas son:

 

  • Por un déficit en habilidades sociales, es decir, la persona no tiene estas habilidades y por tanto debe aprenderlas.
  • Por un fallo en la discriminación. La persona conoce este tipo de habilidades pero no discrimina en que situaciones será apropiado usar unas u otras.
  • Por una inhibición de respuesta, lo que significa que la persona posee estas habilidades pero no puede ponerlas en práctica debido a su alto nivel de ansiedad, o a sus expectativas o creencias.
  • Por una elección racional. En este caso la persona considera que tiene razones válidas para no poner en práctica sus habilidades sociales.

 

Muy ligada a las habilidades sociales se encuentra la asertividad, que es la capacidad para defender los derechos propios respetando los de los demás, lo que hace que mejore la calidad de las relaciones interpersonales. Es un recurso más dentro de las habilidades sociales, y por lo tanto es importante aprenderlo y ponerlo en práctica.

Obsesiones

Una obsesión es una idea recurrente y persistente, normalmente dolorosa y/o estresante, que preocupa a la persona que la padece. Estas ideas pueden no ser patológicas si desaparecen cuando se soluciona el problema que las ha causado, por ejemplo, ser despedido en el trabajo, esta idea es normal que de vueltas en la cabeza de la persona durante un tiempo, pensando por ejemplo que ha podido pasar para que le despidan. Tampoco son patológicas aquellas ideas recurrentes que la persona identifica como disparatadas y se desechan al momento, por ejemplo, pensar que va a hacer daño a alguien. Este tipo de ideas son normales y son consecuencia del funcionamiento común de la mente humana.

 

La obsesión patológica es durardera, persistente y grave. La persona que la padece la vive como ajena a sí misma, ya que no es capaz de controlarla y en muchas ocasiones, para aliviar el altísimo nivel de ansiedad que le provoca y su recurrencia, tiene que realizar alguna conducta que la reduzca, por ejemplo, repasar muchas veces el trabajo que acaba de realizar para comprobar que no haya ningún error, ya que si lo hubiera supondría un fracaso muy importante para la persona. Otro ejemplo de este tipo de conductas, sería lavarse siempre las manos cinco veces antes de tocar la comida, ya que la persona tiene la obsesión de que podría contaminarla fácilmente. Este tipo de obsesiones son las que se dan en el trastorno obsesivo, y las conductas que realizan muchas personas que lo padecen, para reducir su nivel de ansiedad y malestar, son las compulsiones.

Estrés y Trastornos Psicosomáticos

Los trastornos psicosomáticos se caracterizan porque un problema de la mente, tiene repercusiones en el sistema corporal. La causa  de la afectación corporal se debe a un problema psicológico como puede ser el estrés, y no se puede explicar completamente por la presencia de una enfermedad, ni por los efectos de una sustancia. En algunos casos, son enfermedades orgánicas definidas que se van a ver afectadas en intensidad, o en su inicio o evolución, por factores psicológicos.

 

Algunos estados anímicos activan o inhiben procesos corporales, de tal forma que según la presencia y el nivel de, por ejemplo, estrés, agresividad, pasividad, hiperactividad o sumisión, pueden surgir diferentes manifestaciones clínicas. Las más frecuentes son:

 

  • Asma bronquial.
  • Cefalea tensional.
  • Cardiopatía isquémica: La angina de pecho y el IAM son formas clínicas de esta enfermedad.
  • Infertilidad psicógena.
  • Lumbalgia.
  • Eczema.
  • Colon irritable.

 

Estas afecciones físicas no siempre son producidas por problemas psicológicos, en muchas ocasiones el problema es orgánico.

 

Los trastornos somatomorfos tienen ciertas similitudes con los trastornos psicosomáticos, consisten en el padecimiento de síntomas físicos que sugieren una enfermedad médica y no pueden explicarse únicamente por la presencia de otro trastorno mental, una enfermedad o los efectos directos de una sustancia. Este tipo de trastornos somatomorfos, producen un malestar clínicamente significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la vida del individuo. Son más graves que los trastornos psicosomáticos. En muchos casos no sugieren ninguna enfermedad médica conocida y si lo hacen el deterioro social, laboral y de otras áreas de la vida del individuo es excesivo en comparación con lo que cabría esperar por su historia clínica o exploración física.

Miedos y Fobias

El miedo es una emoción primaria, experimentada por la mayoría de las personas, caracterizada por una sensación intensa y normalmente desagradable, ante la percepción de un peligro. El miedo es real cuando es proporcionado a la amenaza ante la que se presenta, cuando no lo es y además crea un malestar clínicamente significativo, hablamos de fobia.

 

La fobia es un miedo irracional egodistónico, persistente, recurrente y desproporcionado que se manifiesta ante un objeto, situación externa específica o a la anticipación de ambos, sin que exista un peligro objetivo. Junto con la fobia la persona manifiesta ansiedad, y para reducirla o evitarla, hará lo posible por estar alejado de la situación u objeto temido.

 

Los síntomas que suelen presentar las personas con fobia ante el objeto o situación temida, o simplemente a la anticipación de su aparición, son:

 

  • Aumento de la frecuencia cardíaca.
  • Sudoración.
  • Temblor o estremecimiento.
  • Dificultad respiratoria.
  • Malestar estomacal.
  • Sensación de mareo e incluso desmayo.
  • Aturdimiento.
  • Escalofríos o calores súbitos.
  • Sensación de atragantamiento.
  • Dolor o molestias en el tórax.
  • Temor a perder el control o enloquecer o morir.

Conductas Adictivas

La adicción es una enfermedad física y emocional caracterizada por la dependencia de la persona que la padece hacia una determinada conducta (por ejemplo al trabajo, el sexo, la religión o el juego), sustancia (por ejemplo a drogas, como el alcohol, la cocaína, la nicotina, etc.) o relación (por ejemplo una relación de pareja basada en la dependencia y el sometimiento).

 

Las adicciones pueden aparecer por diferentes razones, como puede ser una ruptura amorosa, problemas económicos, insatisfacción personal, etc., influidas por factores de personalidad, socioculturales, familiares y biológicos.

 

El mantenimiento de las conductas adictivas, se debe a la sensación de bienestar o alivio del malestar, a corto plazo, y a la pérdida de control que experimentan las personas que las realizan. Además estas conductas son desadaptativas e implican un deterioro progresivo en todas las áreas de la vida de la persona, laboral, personal, amorosa, familiar y social, sin embargo, la persona no es plenamente consciente de las consecuencias de dichas conductas, ya que cree necesitarlas y ha perdido el control sobre ellas.

 

Es muy importante trabajar con estas personas, ya que el deterioro que experimentan es cada vez mayor, llegando a la total autodestrucción.