En la vida cotidiana, todos nos enfrentamos a situaciones que nos desbordan emocionalmente. Una mala noticia, un conflicto con una persona cercana, un plan que se tuerce o un contratiempo doméstico pueden llegar a causar un importante malestar emocional que se manifiesta con una respuesta intensa de estrés o de ansiedad.
En esos momentos, y casi siempre de forma inconsciente, activamos los llamados mecanismos de defensa emocional que si, obviamente, no eliminan el problema que nos ha causado el malestar, al menos, lo suavizan temporalmente para que lo procesemos mejor.
Y aunque cada persona reacciona de forma distinta, sí existen unos mecanismos de defensa más comunes y universales que las personas tendemos a utilizar cuando algo nos sobrepasa emocionalmente. ¿Te gustaría saber cuáles son esos mecanismos? Hoy analizamos este concepto y te contamos cuáles son los más habituales, como hemos comprobado en múltiples ocasiones al tratar problemas de ansiedad en Pozuelo.
¿Qué son los mecanismos de defensa emocional?
Los mecanismos de defensa emocional fueron descritos originalmente por Freud en 1894 y ampliados por su hija, Anna Freud, y otros autores posteriores.
Podrían definirse como las respuestas automáticas e inconscientes que las personas ponemos en marcha para reducir el conflicto emocional que sentimos y para afrontar sentimientos que nos resultan un tanto abrumadores. En este punto es importante no juzgar el motivo que ha generado ese malestar emocional ya que, en ocasiones, nos puede desbordar un hecho traumático (el fallecimiento repentino de un familiar) mientras que, en otros casos, se trata de hechos, aparentemente, más banales (una avería en el coche).
La cuestión es que, sea cual sea el motivo que hace que nos sintamos superados, tendemos a activar un mecanismo de defensa emocional. Y aunque existen muchos tipos, algunos son especialmente frecuentes en la vida diaria.
Tipos de mecanismos de defensa emocional
1.- La negación:
Uno de los más habituales es la negación, que implica rechazar la existencia del problema como forma de evitar el sufrimiento que conlleva enfrentarlo. Es más común en momentos realmente estresantes a nivel emocional, como recibir un diagnóstico médico difícil, afrontar una muerte cercana o vivir una ruptura sentimental.
2.- La racionalización:
Es otro de los mecanismos de defensa emocional más comunes y consiste en elaborar e interiorizar explicaciones, aparentemente, lógicas para justificar las conductas que nos han generado un conflicto. Pero la realidad es que esas conductas no son producto de decisiones lógicas sino que nacen del miedo, de la inseguridad o de otros sentimientos que las vuelven más irracionales. Usamos este mecanismo porque queremos evitar el conflicto interno que sentimos y dar legitimidad a lo que hemos hecho.
3.- La proyección:
También es habitual que atribuyamos a los demás pensamientos o emociones que en realidad nos pertenecen, como culpar al entorno de nuestro propio nerviosismo. Es más propio de personas perfeccionistas a las que les cuesta reconocer sus errores y buscan un “culpable” externo para sentirse mejor.
4.- El desplazamiento:
Ocurre cuando redirigimos la emoción (ira, frustración, rabia, tristeza…) hacia un blanco más seguro, como enfadarse en casa por un problema laboral. En vez de abordarlo dónde y con quién deberíamos, lo hacemos fuera del foco, en otro entorno en el que nos sentimos mejor para dar rienda suelta a nuestras emociones.
5.- La represión:
Bloquear los sentimientos que nos causan malestar es la manera en la que muchas personas se enfrentan a situaciones que las desbordan emocionalmente, aparcando a un lado esa emoción en espera a que el conflicto pase o se resuelva solo.
Freud también menciona como mecanismos de defensa emocional la formación reactiva (actuar de forma opuesta a lo que se siente) o la regresión (que implica comportarse de forma más infantil ante el estrés).
Conocer estos mecanismos es más importante de lo que crees porque no solo te permite entender mejor tus reacciones, sino que te facilita desarrollar recursos más adaptativos.
Y ojo que no queremos decir que estos mecanismos no tengan su razón de ser y ayuden a sobrellevar muchos momentos complicados, pero lo interesante es saber gestionar y afrontar los momentos estresantes sin recurrir a ellos. Esto requiere conocerse y saber cómo responder ante diferentes situaciones, algo a lo que podemos ayudarte desde nuestro gabinete en el Centro de Psicología Integral MC.