La famosa frase “somos lo que comemos” es mucho más literal de lo que podamos pensar.Porque nuestra alimentación no solo guarda una relación directa con nuestro estado de salud, como es obvio, sino también con nuestro estado anímico, teniendo un peso mucho más determinante de lo que parece en trastornos como la depresión o la ansiedad.
Con esto no queremos decir que una mala alimentación pueda causar un trastorno psicológico, pero está científicamente demostrado que una alteración en la microbiota intestinal aumenta, por ejemplo, el riesgo de sufrir depresión o provoca el empeoramiento a quien ya padece un trastorno de este tipo. Te contamos a continuación un poco más sobre esa relación entre dieta y estado de ánimo.
Dieta y estado de ánimo van de la mano.
Como ya te contamos en este post, existe una relación bidireccional entre intestino y cerebro de tal forma que los trastornos digestivos pueden influir en el estado anímico de la misma forma que nuestra salud mental también puede causar problemas intestinales.
Esta relación, que está más que comprobada clínicamente, explicaría porqué muchos pacientes que acuden a nuestra consulta por un trastorno de depresión o de ansiedad en Pozuelo, mejoran sustancialmente cuando cambian ciertos hábitos alimenticios o cuando comienzan a consumir probióticos que mejoran su microbiota intestinal.
Por eso es tan aconsejable llevar una alimentación sana y equilibrada, además de acompañarla de la práctica de ejercicio físico de manera regular. Pero veamos cómo puede mejorar nuestro estado anímico según lo que comamos con dos ejemplos.
1.- Relación entre alimentación y capacidad de atención:
Esta relación se evidencia sobre todo entre la población más joven, un segmento que está experimentando un serio problema de capacidad de atención y concentración. Y parece que lo que comen puede tener mucho que ver con ello. No olvidemos que muchos jóvenes se alimentan con productos azucarados y altamente procesados, lo que libera una gran cantidad de energía que llena de glucosa su cerebro. Sin embargo, en un par de horas, esa glucosa cae en picado, dando lugar a una “niebla mental” que pasa factura a su capacidad de atención e incluso a su humor, causando problemas de estrés, ansiedad, irritabilidad… Esta montaña rusa con picos y caídas de energía tiene efectos devastadores en el estado emocional a medio y largo plazo.
2.- Relación entre alimentación y capacidad de descanso:
La alimentación también influye directamente en la síntesis de la melatonina, hormona que regula nuestra capacidad para descansar y, en consecuencia también nuestro estado anímico. Al fin y al cabo, un buen descanso nocturno evita problemas como la falta de atención, la irritabilidad, el mal humor… Para conseguir una buena producción de melatonina es fundamental incluir en la dieta alimentos con alto contenido en triptófano y evitar otros ultraprocesados con gran cantidad de azúcares y añadidos artificiales.
En definitiva, lo que comemos puede influir notablemente en cómo nos sintamos, existiendo algunos alimentos y sustancias como el alcohol, el tabaco, los azúcares refinados, las grasas trans… que afectan a la función cognitiva y generan alteraciones en el equilibrio hormonal e inflamatorio que tan directamente relacionados están con el estado anímico.
Por eso, en esta época en la que muchas personas inician la famosa operación bikini, piensa que por encima de cuestiones estéticas, comer de manera más sana y equilibrada es crucial para tu salud física y también para tu salud mental. Dieta y estado de ánimo van de la mano de forma mucho más consecuente de lo que crees. Incrementar el consumo de alimentos frescos, frutas, verduras, legumbres y pescados, y evitar el de productos ultraprocesados y ricos en azúcares te ayudarán a sentirte mejor por dentro y por fuera.