¿Por qué nos cuesta tanto terminar una relación de pareja?

Terminar una relación de pareja - Terapia de pareja Pozuelo - Centro de Psicología Integral MC

¿Por qué nos cuesta tanto terminar una relación de pareja?

Desde fuera todos vemos las cosas con una tremenda claridad y nos preguntamos cómo esa pareja de amigos ha tardado tanto tiempo en poner fin a una relación que no tenía ningún sentido o no iba a ninguna parte. Pero desde dentro, la cosa cambia y los protagonistas de la historia no siempre tienen tan claro que ha llegado el momento de terminar una relación. O incluso aunque lo tengan claro y sepan que es lo mejor para los dos, les cuesta tomar esa decisión y la retrasan en el tiempo mucho más de lo que deberían.

Basándonos en nuestra experiencia realizando terapia de parejas en Pozuelo, hoy nos gustaría ahondar un poco en esta cuestión, partiendo siempre de la base de que, efectivamente, terminar una relación cuesta por mucho que no existan motivos para seguir con ella.

¿Por qué seguimos con una relación que no funciona?

Parece no tener ningún sentido y sin embargo pasa constantemente: si una relación no funciona, ¿por qué cuesta tanto ponerle fin?

Son muchos los factores que entran en juego cuando se está pensando terminar una relación de pareja y estos son algunos de los más habituales:

1.- La dependencia emocional

Este es uno de los aspectos que más pesan, especialmente en las relaciones de larga duración o cuando uno de los miembros tiene mucha dependencia del otro.

En este segundo caso, la persona dependiente que cree no poder vivir sin su pareja (lo que puede provocar que la otra persona sienta pena y no tome la decisión de dejarla) suele tratarse de una persona con problemas de autoestima, miedo a la soledad e incapacidad para enfrentarse a los problemas en solitario. Esto provoca que, por muy mal que vaya la relación, la idea a estar sin la otra persona a su lado (o sin UNA persona, en general) siempre será peor.

2.- El peso de los momentos buenos

Los miembros de una pareja, sobre todo el que está valorando más seriamente terminar una relación, se siente en una encrucijada que hace que, en muchos casos, por muy fuertes y decisivos que sean los motivos para ponerle fin, terminen dejándose llevar por los recuerdos de los buenos momentos.

Pensar en los tiempos en los que todo iba bien suele funcionar como un atenuador del malestar que hace creer que “las cosas no están tan mal” y que seguro que esto es algo pasajero.

3.- La falta de voluntad en las relaciones adictivas

No podemos olvidar que existen relaciones tóxicas en las que se establece una relación que podríamos calificar de adictiva: una persona sabe que la otra no le hace bien, que nunca le dará lo que espera o que las cosas no cambiarán. Pero aún así, se siente incapaz de romper con ella y sigue enganchada sin poder remediarlo.

Salvando las distancias, lo que les ocurre a estas personas no dista mucho de quien sufre una drogodependencia o una ludopatía: saben que lo que hacen les lleva a estrellarse contra un muro pero aun así no pueden dejar de hacerlo.

4.- Las presiones externas e internas

Las familias políticas, los hijos, la religión o simplemente el qué dirán hace que muchas personas no abandonen sus relaciones de pareja. Incluso acepten vivir “una mentira” con tal de no plantarse ante esas presiones externas que tanto pesan en su decisión.

Aunque también tenemos que hablar de presiones internas ya que, para muchas personas, divorciarse de su pareja supone un fracaso personal, de ahí que se nieguen a tomar la decisión de romper por mucho que sepan que es lo mejor.

5.- Las responsabilidades comunes

Aquí está otro de los grandes motivos que hacen que muchas parejas no tomen, o tarden demasiado tiempo en tomar, la decisión de terminar su relación. La principal responsabilidad suelen ser los hijos en común pero hay otras como tener una hipoteca o compartir un proyecto laboral.

El caso de los niños es el más habitual. Bien sea por no querer que los niños pasen por una ruptura o bien por pensar que los niños van a ser capaces de mejorar la relación, se frena la decisión de poner fin.

No queremos olvidarnos de situaciones más graves que frenan a una persona a la hora de dejar a su pareja. Por ejemplo, las víctimas de violencia de género pueden sufrir un síndrome de adaptación paradójica o bien pueden no romper la relación porque temen que esto pueda poner en peligro su vida o la de sus hijos. También está el caso de aquellas mujeres que dependen económicamente al 100 % de su marido.

Desde el Centro de Psicología Integral MC nos gustaría hacer hincapié en lo importante que es valorar el sentido que tiene seguir con una relación y lo importante que es hacerlo conjuntamente, en pareja, y con el asesoramiento de un profesional en terapias de pareja como los que encontrarás en nuestro centro.

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