La clave del éxito

La clave del éxito

¿Por qué a unas personas les resulta tan natural manejar situaciones conflictivas, y sin embargo a otras les resulta muy complicado o incluso imposible? Nos referimos a situaciones tales como, un conflicto en una reunión de trabajo, un desacuerdo con la familia política, una situación injusta con el grupo de amigos; todas ellas son situaciones habituales en las vidas de las personas.

 

La manera de manejar nuestros conflictos con los demás es un claro indicador de nuestro nivel de bienestar y/o de ansiedad diaria. Muchas personas tienden a evitar este tipo de problemas manteniendo una actitud pasiva, de tal forma que ceden a las peticiones o ideas de los demás que son contrarias o distintas a las propias, pensando que ésta será la mejor opción para que “todo fluya”, la gente esté contenta con ellos/as y por lo tanto “todo esté bien”. Sin embargo, esta es una trampa en la que vamos cayendo a medida que cedemos ante numerosas situaciones en las diferentes áreas de nuestra vida o en una misma área (familia, pareja, amigos, trabajo). Esta trampa normalmente acaba en un nivel de ansiedad mayor y según la persona pueden darse enfados repentinos muy fuertes y/o conductas de aislamiento social.

 

El engaño está en pensar que si los demás están contentos conmigo yo me sentiré bien conmigo mismo/a, y así no existirán problemas con los demás en ninguna de las áreas de mi vida. La verdad es que, aunque es posible que los demás no tengan problemas conmigo yo si los voy a tener con los demás. Mi relación con ellos no va a ser sincera ni agradable para mí, ya que mi punto de vista lo dejo en un segundo plano en muchas ocasiones, y todo esto puede hacer que me sienta menos valioso/a, insignificante, con pocas ganas de relacionarme, y me hará sentir rabia, resentimiento, ira, ansiedad, desconfianza, inseguridad, soledad, etc.

 

¿Qué es aquello que determina mi actitud ante el conflicto?, ¿se puede cambiar?, ¿de dónde viene?.  Lo que va a determinar mi actitud ya no solo ante el conflicto, sino ante cualquier situación nueva o adversidad de la vida, va a ser mi nivel de autoestima.

 

La autoestima es el grado de confianza en uno/a mismo/a. Se compone de: el concepto que tengo de mi mismo/a, el conocimiento de mis virtudes y defectos, la aceptación de los mismos, la evaluación de mi comportamiento que me permite pedir perdón y/o rectificar cuando cometo errores sin llegar a una autoexigencia dañina, es decir, respetando a los demás y a mi mismo/a, y por último, saber cuidarme en todos los aspectos.

 

El nivel de autoestima se construye desde la infancia; son numerosos los gestos, actitudes, reflejos y palabras  que siembran el nivel de confianza en sí mismo del niño o la niña. Es importantísimo como padres o cuidadores saber cuál es el camino para fomentar un buen nivel de autoestima en nuestros/as hijos/as. También influye en el nivel de autoestima el aprendizaje de habilidades y herramientas adaptativas para manejarnos en nuestro día a día, las relaciones que establecemos con amigos/as, y el reflejo que nos dan de nosotros mismos las personas significativas en nuestra vida.

 

Si nuestro caso no ha sido el afortunado en el que nuestros cuidadores han sabido sembrar esa semilla en nosotros y los demás factores no se han dado correctamente, existe una buena noticia, y es que el nivel de autoestima se puede cambiar trabajándolo en terapia. Si una persona trabaja su autoestima, dejará de actuar pensando únicamente en la aprobación de los demás, aprenderá nuevas habilidades y herramientas para manejar los diferentes conflictos vitales y será libre en este sentido para conseguir lo que se proponga, confiando en sus capacidades y valores personales. Todo ello aumentará la probabilidad de conseguir sus objetivos.

 

Por lo tanto puede decirse, con total seguridad, que la autoestima es la clave del éxito.

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