25 May El suicidio es la primera causa de muerte no natural en España
A pesar de que en 2015 la tasa de suicidios disminuyó un 7,9%, rompiendo así con la tendencia creciente que se venía observando años atrás, el suicidio sigue siendo la principal causa de muerte externa en nuestro país.
A.T. Beck, elaboró la Teoría Cognitiva del Comportamiento Suicida para explicar cómo funcionan los procesos cognitivos en una persona que decide atentar contra su vida. Para ello introduce el concepto de Modo suicida, que consiste en una serie de cadenas interconectadas de pensamientos o esquemas cognitivos de tipo afectivo, fisiológico, conductual y motivacional, que se activan de forma simultánea por algún evento interno o externo importante, y llevan a la persona a involucrarse en comportamientos suicidas. Beck afirma que al activar repetidamente el Modo, se producirá una reducción del umbral para una activación futura, de tal forma que, el Modo se activará más fácilmente en personas que tienen una historia de intentos de suicidio. Éstas tendrán menos capacidad de control cognitivo sobre sus impulsos suicidas. El Modo cada vez se activa más rápida e intensamente con menos estimulación, se vuelve hipersensible.
Por lo tanto, las personas que han intentado suicidarse con anterioridad tienen mayor probabilidad de volver a hacerlo. Los dos años siguientes al intento son críticos y es primordial la terapia y si fuera necesaria la medicación. Cuanto más tiempo pase tras el intento de suicidio, menos riesgo hay de que vuelva a producirse.
En relación con los trastornos mentales que pueden padecer las personas que tienen un comportamiento suicida, el 70% sufre un Trastorno Depresivo frente al 30% que posee hábitos de comportamiento suicida sin síntomas depresivos. Por otro lado, las personas depresivas o no, que padecen un Trastorno Límite de la Personalidad y las personas alcohólicas son la población que mayor riesgo de suicidio tienen.
Existen diferencias de género en cuanto a los métodos utilizados, los intentos realizados y el número de suicidios consumados. Los hombres suelen emplear métodos más agresivos y peligrosos que las mujeres, realizando un menor número de intentos y logrando un mayor número de suicidios consumados que las mujeres.
La gravedad del suceso o sucesos que llevan a una persona a atentar contra su vida, no guarda relación con las probabilidades de intentarlo, ya que depende de cómo perciba la persona en cuestión ese hecho.
Existen personas muy impulsivas y emocionales que tienen gran riesgo en intentarlo, pero el nivel de planificación suele ser muy bajo. Sin embargo, las personas más obsesivas que lo planifican al detalle, tienen mayor probabilidad de llegar al suicidio consumado que las anteriores.
Algunas personas usan otro tipo de conductas suicidas que suelen pasar más desapercibidas que las vistas anteriormente, son las conductas pasivas suicidas. Estas consisten en dejarse morir poco a poco con la inactividad extrema. Estas personas van dejando de comer, de relacionarse, de salir de su hogar, de asearse y de hacer cualquier actividad gratificante.
El suicidio se puede y debe prevenir pero en España no existen medios para ello, y, sin embargo, si los hay para prevenir otras causas de muerte como los accidentes de tráfico o los homicidios. Deben promoverse campañas y programas para reducir el riesgo de suicidio en nuestro país, poniendo especial énfasis en los adolescentes, ya que son una población que comete intentos suicidas con mayor frecuencia que otros grupos de edad, y en los hombres de la tercera edad, que son el grupo que llega con más frecuencia al suicidio consumado.
Desde la Psicología Clínica trabajamos para reducir las tasas de suicidio en la población española. Para ello nos encargamos de prevenirlo y realizar tratamientos para las personas que han tenido ideas o intentos de suicidio.
Creemos que es primordial tratar este problema desde la raíz, viendo cuales son las causas y el aprendizaje de las personas que llegan al extremo de intentar suicidarse. De esta forma podemos prevenir el suicidio en los niños, adolescentes o adultos con problemas menos peligrosos. Estos problemas pueden ser:
- Falta de habilidades sociales, que pueden producir sensaciones de indefensión, de inseguridad, de inferioridad respecto a los demás, de miedo y de soledad.
- Síntomas depresivos.
- Baja autoestima.
- Ansiedad elevada, que puede reflejarse en comportamientos desadaptativos.
- Trastornos psicológicos diversos como, trastornos de personalidad, trastornos obsesivos, fobias, dependencias, etc.
Si se abordan este tipo de problemas a tiempo, es posible prevenir los comportamientos suicidas.
En cuanto a las terapias para pacientes con comportamientos o ideas suicidas, lo primordial es mantenerles vivos mediante el trabajo y el compromiso constante con ellos. Es importante el papel de la familia o personas cercanas al paciente ya que también participan en el tratamiento. El objetivo es que entiendan como han llegado a este sufrimiento, que lo acepten y por último darles las herramientas necesarias para que sepan manejarse en las diferentes áreas de su vida (social, laboral/académica, pareja, familiar, individual) de manera saludable y adaptativa. Para ello utilizamos diversas técnicas cognitivas, conductuales y emocionales que nos permiten obtener el bienestar de la persona que sufre.
En el Centro de Psicología Integral estamos a su disposición para aclarar dudas o facilitar la información que se precise.
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